Del mytho al logos

De la misma forma que los árboles caducifolios se resisten a desnudarse cada solsticio de invierno, las palabras se apresuran a escapar de entre mis dedos. Llega un momento, EL momento cumbre en que tus conexiones neuronales se apagan de repente. Sí, está bien soñar, vivir en la nebulosa más lejana a nuestro planeta, pero después...¿Qué? El estallido de una pompa de jabón chocando con tu nariz, y el escozor en los ojos. Eso es lo que queda después.

Hidding

¿Por qué a veces todo es tan complicado si solo somos una porción del universo que realiza reacciones químicas a diferente velocidad que el exterior?
No paro de buscar un agujero de gusano que me conduzca a cualquier otro lugar. Sea el que sea.

Platónica

-Dime pequeña, qué quieres para tu 18 cumpleaños?
-Pues... quiero ser la vela mayor del barco más bonito que hayas visto nunca. Y pasarme el dia en alta mar, mientras el viento acaricia mis hebras. Libre, en los confines del mundo, viajar donde nadie nunca haya estado antes. Desaparecer de este artificial mundo urbano y cuando sea vieja, muy vieja, hundirme con el navío al fondo del mar y dejar que cualquier animal marino se acomode en mis entrañas. Y después de que todo esto ocurra, esperar impasible en el fondo oceánico a que claves tus pupilas sobre la superficie cristalina y me veas allí. Inalcanzable.