sábado, 2 de noviembre de 2013

La textura del asfalto desgastado y las farolas oxidadas, la marca de las manos en la pared y el borrón de polvo de los retrovisores de madrugada. El perderse entre neumáticos y matrículas a base de golpes secos. Eso que se ve mejor con cali en las venas y velocidad desprevenida.