domingo, 29 de mayo de 2011

You.


Tú, y tus ojos felinos que aquel dia se interpusieron en mi camino.Iba a ser un dia más, aburrido, aburridísimo con un concierto de por medio que no conocia de nada y que tenia pinta de ser un muermo. Pero no. Allí estábamos mi hermanito y yo, al HEC prestándole tanta atención a cada nota y a cada gutural que la increíble cantante exhalaba. Pero justo al lado, en la esquina izquierda del reducido escenario había un bajista, EL bajista. Y como no, mi insufrible afán por conocer lo desconocido me llevaron a ti. A pedirte fuego y que no tubieses y hacer el ridículo, a saludarte cuando me iba ya a cenar. Todo esto para decirte que lo siento. Que debí darme cuenta hace un año de lo fascinante que eres, de lo muchisimo que vales y de lo muchisimo que realmente te quiero. Espero hacerte feliz durante mucho tiempo, cielo.

jueves, 19 de mayo de 2011

Desenfoque gaussiano



Soñar, soñar, soñar, me paso el día entre astros, enmarañada en las cumbres de la demencia. ¿Y quién no en los tiempos que corren? Creí que tendría una vida normal, con amigos normales, compañeros típicos tópicos, vacaciones monótonas, olvidadizas. Mas todo son peculiaridades. Demasiado cambio, una juventud llena de altibajos muy altos y muy bajos, amigos de lo más extraños, tardes increiblemente subrealistas, conversaciones noctámbulas, bebidas metafísicas, degustaciones de lo imposible.
Efectivamente, tejer el rumbo de las cosas no es tan fácil como esperábamos.

martes, 17 de mayo de 2011

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Me gusta viajar (cuanto más lejos mejor),me gusta ver las lluvias de estrellas,me gusta dormir al raso, me gusta tener tiempo para mi, me gusta pensar cuando me ducho, me gusta evadirme, me gusta soñar con cosas imposibles, me gusta organizar mis semanas, me gusta el trabajo bien hecho, me gusta escuchar a Rafita, me gustan los rizos de Raquel y las rastas de Yara, me gusta el limón y la sal con el tequila, me gustan las extrañas mascotas que le gustan a mi padre, me gusta mi gato, me gusta soñar y acordarme de lo soñado, me gusta ajustar la alarma un cuarto de hora antes de cuando me tengo que levantar, me gusta pintarme las uñas mientras veo series, me gusta el pelo de colores, me gusta cambiar de aires, me gusta la libertad, me gusta pasear de noche por la playa, me gusta patinar y olvidarme de todo, me gusta tomar el sol en el terrao de mi casa al volver de clase, me gustan las discusiones con Pablo, me gustan las risas de Irene y de Cristina a la hora del patio, me gusta mi obsesión enfermiza por el mar, me gusta mirar por la ventana cuando voy en tren, me gusta ir en avión, me gusta cantar, me gusta correr por la montaña, me gusta organizar viajes, me gusta trasnochar en cualquier bar, me gusta recordar cada momento con mis primas, me gusta crecer, me gusta esforzarme en cada cosa que hago, me gusta pasear por los bosques, me gusta hacer empanadas mallorquinas en semana santa con mi madre, me gusta ir a hacer fotos con mi padre, me gusta hablar, hablar y seguir hablando, me gusta dibujar, me gusta experimentar cosas nuevas,me gustan los gatos que habían en la azotea de al lado de casa de los abuelos, me gusta recordar mi infancia, me gusta coleccionar cosas, me gusta debatir temas éticos, me gustan las granjas, me gusta montar a caballo, me gustan los tatujaes, me gusta desahogarme, me gusta bajar fueras de pista con mi tabla de snowboard increíblemente cursi, me gustan las películas de llorar, me gusta el gore, me gusta pasar algun tiempo sola, me gusta encapricharme, me gusta vivir al máximo, me gusta devorar libros, me gusta empatizar con todo el mundo, me gusta ver series por internet, me gusta desconectar, me gusta conocer a gente, me gusta que me arañen, me gusta morder, me gusta ir a mi bola, me gusta estar al margen de la mayoría, me gustan mis defectos, me gusta el cine francés, me gusta el teatro, me gusta tumbarme en la cama y escuchar musica a oscuras, me gusta el arte barroco y renacentista, me gusta la literatura, me gusta la naturaleza, me gustan los jardines botánicos, me gusta hacerle fotos a todo, me gusta la gente nórdica, me gusta la mitología, me gusta la historia mundial, me gusta la música, me gusta la ópera, me gusta estar sola en casa.
Odio madrugar, odio el insomnio ocasional, odio la falsedad, odio que me agarren del cuello, odio que me digan qué tengo que hacer y qué no, odio las faltas de ortografía (incluso las mias propias), odio el orgullo, odio odiar, odio el calor sofocante, odio las noches de apalanque, odio saber que odio a gente, odio que todos se vayan a vivir fuera, odio sentirme sola, odio que me agobien, odio que me engañen, odio tener terrores nocturnos, odio mis cambios de humor, odio mi cara de bollo, odio la ciudad, odio estudiar matemáticas, odio cuán perezosa soy, odio sentirme encadenada, odio la presión social, odio las apariencias y las máscaras, odio los snobs elitistas, odio el capitalismo y saber que estoy inmerso en él, odio que me desmonten los planes, odio que no me mires cuando clavo mis ojos en tu pelo, odio el olor a gasolina, odio las coles de bruselas, odio la musica country, odio los piercings en el labio superior, odio el color rosa furcia y los pendientes gigantes, odio la religión, odio la industria armamentística, odio no poder cambiar las cosas, odio la forma en que estamos acabando con la Tierra, odio saber tan poco de lo que me rodea, odio tener mala memoria, odio los exámenes, odio la nostalgia, odio la tauromaquia, odio la gente que no respeta a los demás, odio lo racional, odio el cine comercial americano para adolescentes, odio las cucarachas, odio que me griten, odio ser menor de edad.

domingo, 15 de mayo de 2011

Sabe a humo



¿Para qué mentir a estas aturas? De nada serviría ya, mis queridos lectores. Al fin y al cabo no voy a ser una célebre escritora ni una periodista de mucho talento, ni siquiera aspiro a ello. Pero la verdadera razón por la que tengo abierto este pequeño rincón de desahogo, de vómito interior es para poder calmar la ansiedad cuando no me apetece pronunciar una sola sílaba de lo que llevo dentro. Es mucho más fácil plasmarlo aquí, con el simple tecleo de unas manos inexpertas. Hoy, como tantas veces antes, todo sigue igual, todo a mi alrededor cambia, evoluciona, pero yo no. Soy esa roca enmedio del rio a la cual la corriente no consigue arrastrar, la que está estancada. Sobre la que saltar para cruzar de una orilla a la otra. Todo lo que fluye dentro de mi es como una cerilla, una pequeña combustión, apasionada pero a la vez efímera. Sin a penas sentir nada más alla de lo intrascendental. Insípida, con tan solo el sabor a humo y a oquedad en mis papilas gustativas.

sábado, 14 de mayo de 2011

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El riesgo de instalarse en la tristeza está presente constantemente, día a día, bajo tu cama, detrás de las macetas de tu balcón, sobre el armario, entre los viejos cachibaches de tu bisabuela. Pero cuando realmente debes tener miedo, cuando la preocupación tendría que ocupar cada centímetro cuadrado de tu cabeza es cuando dejes de sentir. Cuando la luz de la madrugada deje de erizarte el pelo, en ese momento estarás completamente vacío. Cada sensación será un mero espectro de tu vida enterior, reflejos de un pasado acumulado sobre tus manos que poco a poco se desvanece. Como agua que corre intempestiva bajo tu piel. Deseas aniquilar todos esos estupidos estímulos, pero no puedes acabar con algo que no existe. Eres una cáscara hueca.