martes, 10 de abril de 2012

Fly


Sonríe, sumerge tu cabeza en la pecera de la mesita de noche y aguanta la respiración. Enséñale a tu pez de lo que eres capaz. Rétate a ti mismo a sobrevivir de nuevo, pero sin que nadie te lo pida. Solo por y para ti. Que ni el susurro de nadie ni ninguna noche olvidada te impidan decidir lo que hacer en momentos así. Tú, la oscuridad, una lámapara de lava y el techo de tu cuarto escondiéndose tras la piscina de humo que se eleva hasta las nubes. Tu mirada psicotrópica me hipnotiza sin remedio.

1 comentario:

  1. ¡Has escrito! Me gusta, me suena a una asfixia esperanzadora. O a una esperanza asfixiante.

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