lunes, 12 de agosto de 2013

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Sobre cualquier tipo de construcción estereotipada se refleja el claro rasgo obsesivo-compulsivo del pesimismo terrícola actual. Lo normal es querer huir, tanto hacia dentro como hacia fuera, eso ya es cosa de la elección subconsciente que se tome. Pero la pregunta es: ¿De qué escapamos? ¿Qué hace que muchas vidas vivan por y para huir? Y tú, ¿qué excusa te has impuesto? Sea lo que sea, perderse es un riesgo mucho más alto si fluimos hacia dentro que hacia fuera; si miras hacia dentro de tí, debes hacerlo con los ojos cerrado. Discernir donde terminan las uñas de los pies y donde comienza el suelo no es tarea fácil.

2 comentarios:

  1. Tendemos a escapar por la vía fácil,encontrándonos así solo con más puertas que nos indican la "salida",y esta nos indica hacia otra "salida" y así ... Creo que pocos los hay valientes que se arriesguen a atravesar un muro de piedra para así poder contemplar el brillo natural de las cosas , la realidad, esa que tanto miedo nos da ya que no sabemos que decidirá poner en nuestro camino.

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  2. No te equivoques, todos tenemos un talón de Aquiles, hasta los que parecen ser los más valientes. En un mundo de dualidades la pura, total y absoluta valentía es una ilusión y nadie escapa de esta vida puta.

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