Rock'n'Roll baby!

Vivías como el típico rockero old school, no salías de casa sin tu chupa de cuero, el chaleco con parches y los vaqueros desgastados. Parecía que por allí por donde pasaras surgieran de tus pisadas apoteósicos solos de guitarra, acordes imposibles, inacanzables. Las greñas sueltas enmarañadas en tu cabeza, gritando libertad. ¿Dónde quedó el espíritu de los ochenta? La juerga estaba asegurada los saturday nights. ¿Un chupito? Mejor que sean dos, que la noche promete y deambulas solo por el bar, envuelto de misterio.
Los que te conocen siempre dijeron que eras un solitario, amante del desmadre, el alcohol y las noches en vela por las calles neoyorquinas. Hasta que la madrugada te echaba al suelo, lugar perfecto para pasar la resaca.
Live fast, die young.

Error en el sistema: Happiness not found

Bloqueo. Eso es lo que pasa, un enorme e inevitable bloqueo psíquico. ¿Cómo eliminarlo? Ni idea, si alguien lo sabe que envíe su método anti-bloqueo a mi cerebro lo antes posible. La realidad se ha vuelto tan insípida, los sueños tan coherentes y las madrugadas tan degradadas que ya no encuentro ese "por qué" cuya existencia me dejaba sin aliento. De la misma forma que una fotografía no puede compararse con la vivacidad de un momento perfecto, he pasado a ser incapaz de apreciar cada ápice de mi vida. Consternada y frustrada de nuevo por no saber la forma de superar todos esos recuerdos y salir adelante, romper ese ciclo de reciprocidad que creé hace tan solo unos meses y volver a ser libre. Despojarme de la apatía que tengo impregnada.

Absinthe

Una noche oscura (¿Cómo iva a ser sino?), así, suavemente levitando bajo la luz tenue de las velas. Tu ropa reposa en una silla de madera caoba en la quietud nocturna. Aún desde la inmensa bañera puedes escuchar la vibración de las varillas de tu reloj de bolsillo corriendo sin cesar, persiguiendo un tiempo inquebrantable. El aroma a laudano embriaga las cuatro paredes, desde el suelo agrietado hasta las muescas del techo. Humo, alcohol intravenoso que alimenta tu alma sumida en la podredumbre y un cuerpo que se te queda pequeño. Uno, dos, tres, sueñas, bebes, fumas, recuerdas y olvidas, cuatro, cinco, seis, te sumerges en el agua tibia y dejas que se empapen tus párpados. Lamentarás no haber osado decirle nada aquella noche.

Relatividad

Relativamente, relativizamos la realidad de una forma tan relativa... ¿No crees? Encontrar portales espacio-temporales en una esquina de tu habitación y aparecer de nuevo en el lugar del que partiste. Dormirte y soñar que se caen tus dientes, inseguridad, algunos lo lláman así, yo prefiero compararlo con pasar una noche en Azkaban. Aún debemos aprender a gestionar átomos de manera efectiva.

¡Es un retorcido vórtice de entropía!

Definiría mis últimas noches como espacios en el universo con demasiada masa concentrada. Un profundo campo gravitatorio del que ni la luz logra escapar. Todo, todo es absorvido por un afán insaciable de organización y orden en el caos. Un caos indefinido y extenso abarrotado de preguntas sin respuesta alguna.
Dame un piti, una copa con wishkey, baja la intensidad de la luz y súbele el volumen a ese blues que suena de fondo y moriré. Agonizando entre notas placenteras que a ratos se apagan y van en tu búsqueda, tras una ventana entapizada de rocío. Una escapada, una mirada, una sonrisa y una explosión.