
Perdámonos en la primera curva, y al alba, olvidaremos todo lo demás. Recorramos el mundo entero, donde no haya tiempo ni espacio, y pasaremos las noches bajo las estrellas en ningún lugar. Engrasa bien el motor, que el asfalto nos llama pidiéndonos a gritos un nuevo derrape, que las ruedas salpiquen los charcos y se hundan en el barro. Nos quedaremos dormidos mientras a fuera llueve y los cristales se empañarán con nuestro calor. Y al resguardo de todas las miradas, te desnudaré a besos. El sol se reflejará en cada retrovisor y atravesaremos el desierto con ese olor a gasolina que nos impregna la piel.