miércoles, 6 de junio de 2012

Wild

Que por faltarme me faltan hasta momentos para respirar. Demasiado pendiente de todo a la vez, todo surge de repente y la respuesta queda taaaan lejana... Volver a aquella noche en aquel pueblo entre aquellas montañas bajo aquel cielo nublado sería una escapada fácil. Huir de este looping de queaceres sin más preocupación que la de no perderse ni un segundo de la puesta de sol. Y pasar la noche entre los árboles, para que la niebla nos acercara un poquito más.

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