martes, 27 de mayo de 2014

XXX

Un click indiferente, una X que no es de porno, la desesperación traducida a 5 millones de píxeles y un contraste de colores que no aparece. Las pantallas absorbentes y mi mente a la espera de nosequé , una sombra, el reflejo de los lápices moviéndose al ritmo de los dedos que los sujetan. Y de fondo unos dedos amarillentos alimentando de miseria unos labios sabor a humo. Indefinidos, artículos articulados premeditadamente que solo buscan ocultar lo evidente. La personalización escondida y subordinada por fuerza al resto de objetos que ocupan la sala.

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