-¿No estás cansado de tanta rutina?
-Tampoco hay nada más que hacer en esta mierda de ciudad...
-¿Eso crees? ¿Prefieres encerrarte en una rutina cíclica que te impida ser feliz?
-No creo yo que sea tan exagerado, ¿No?
-Lástima que estés tan equivocado, mira en tu bolsillo derecho.
-Pero... ¿Y esto?
-Sí, dos billetes de avión a la luna, dicen que han abierto el primer restaurante con vistas al mar. Una escapada única, eternamente nuestra.
-Faltan los de vuelta.
-Lo sé, en eso consiste, vive el momento, confía en mi, déjate llevar, cierra los ojos, abrázame y piérdete inmerso en el rumor de las olas.
-Sigues sin convencerme, tarde o temprano todo esto acabará y me dejarás ir, sin más.
-Quién sabe, solo somos dos pedazos de carne caminando hacia ninguna parte.
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