sábado, 12 de junio de 2010

Nada es eterno.


Hay veces que nos vemos obligados a tomar decisiones, sino por las buenas, por las malas. Porque llega un momento en nuestra vida en el que debemos decidir, a pesar de intentar evadir esa resposabilidad o de intentar evadirnos a un mundo ficticio creado por nosotros mismos. Después de todo, nadie más que nosotros tiene las riendas del futuro. Pues bueno... elegir un camino significa abandonar otros, rechazar oportunidades que puede que no se vuelvan a presentar en toda nuestra vida, pero así son las cosas. Todo se acaba, por un hecho, por un cambio o incluso por la propia muerte, todo tiene un final que tarde o temprano acaba ocurriendo. Es inevitable sentir miedo a la hora de tomar un camino, pero a la vez es simbolo de madurez al hacerse cargo de ciertas responsabilidades y acarrear con las consecuencias de dichos actos. Suena a tostón moral, eh? Incluso recuerda a las clases de ética a primera hora de los lunes, pero así ha sido mi dia de hoy. Recordando, pensando, reflexionando, y finalmente tomando una decisión que cambiaria el rumbo de las cosas a partir de este momento.
Lo dicho, a veces hay que pensar un poco en si mismo pues si piensas demasiado en los demás acabas haciendote daño a ti y a los que te rodean. Construir diversos pilares sólidos por si uno de ellos se derrumba, que no caiga el edificio entero. No sé si entendereis la metáfora... Pero al fin y al cabo de ilusiones no se vive. Asi que ya para acabar, solo diré que debeis haceros fuertes, crecer con cada uno de vuestros errores, pues asi se madura, a golpes. Lo mas imporante, levantarse SIEMPRE de cada caida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario